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La dislexia a diferencia de
otros trastornos no tiene un área específica dentro del cerebro y se
descubre casi siempre cuando se inicia el proceso de aprendizaje de la
lectoescritura.
El proceso de la lecto escritura es
sumamente complejo, pues no es una función que venga programada
neurológicamente como el habla. En este proceso se vincula el oído fonemático: La
capacidad neurológica que ayuda a discriminar lo que se está
escuchando. No se trata de que el niño no escuche bien, su audición
puede ser perfecta pero a nivel neurológico no puede descifrar la
información y relacionarla con un código visual. Es decir, para él será
igual la b, p, y q pues no le asigna un sonido a cada una.
En la ilustración inferior se describe
este fenómeno. Si nos fijamos en el gráfico de la izquierda veremos que
el cerebro del lector normal trabaja en su totalidad durante la lectura
pues ambos hemisferios, derecho e izquierdo, se comunican entre sí.
Cada hemisferio está especializado en ciertas funciones. El hemisferio
izquierdo se ocupa de los procesos del lenguaje, mientras que el derecho
se especializa en la información visual y espacial. Por el contrario,
si observamos el gráfico de la derecha, veremos que en los niños con
dislexia se produce una disfunción – un fallo- en el hemisferio
izquierdo y se ve afectada la velocidad de procesamiento de la
información, lo que incapacita al niño para procesar cambios rápidos de
estímulos o sucesiones, tanto en el área visual como auditiva.
Fuente: http://www.orientacionandujar.es/2014/10/23/como-se-produce-la-dislexia-infografia/como-se-produce-la-dislexia-infografia/
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